Hoy
en El Arte de Sevilla, visitamos la Parroquia del Sagrario, ¿La
Conoces?
La Parroquia del Sagrario fue construida sobre parte del patio de los naranjos de la antigua mezquita sevillana, los primeros trabajos se iniciaron en el año 1618, por iniciativa del Arcediano Vázquez de Leca, a través de Miguel de Zumárraga, Maestro Mayor de la Catedral de Sevilla finalizando las obras Lorenzo Fernández Iglesias en 1662. En su diseño participaron entre otros, los arquitectos Alonso de Vandelvira y Cristóbal de Rojas.
En
cuanto a su fachada, tiene tres cuerpos sin prácticamente elementos
decorativos, algo que contrasta en gran manera con la rica decoración
de su interior
La
iglesia del Sagrario tiene tres puertas de acceso, una que se abre
hacia el Patio de los Naranjos, otra a los pies de la iglesia que
conecta directamente con las naves de la Catedral y la tercera que
comunica con la avenida de la Constitución.
La iglesia tiene planta de cruz latina, llamando la atención que los brazos laterales son muy cortos. Sobre grandes pilastras se distribuyen tribunas, en las que destacan las grandes esculturas realizadas por José de Arce en 1657, representando a los cuatro Evangelistas y a los cuatro Padres de la Iglesia Latina.
El
Retablo Mayor es una autentica maravilla, obra de Francisco Dionisio
de Ribas, es Pedro Roldán el autor de las tallas. Sin embargo,
¿Sabias que este retablo no fue realizado para esta Parroquia?
Procede de la antigua Capilla de los Vizcaínos, del desaparecido
Convento de San Francisco, que se encontrataba en el espacio que hoy
ocupa la actual Plaza Nueva y, de donde fue trasladado en 1840, tras
la desamortización de Mendizabal.
Curiosamente el retablo original, realizado por Jerónimo Balbás en 1712 y que contaba con esculturas de Duque Cornejo, era uno de los más imitados en la ciudad. ¿Puedes creer que aun siendo uno de los más admirados en la época, fue destruido en 1824? El libro de los gustos está en blanco y Sevilla desgraciadamente lo ha sufrido en sus carnes muy frecuentemente. El barroco cayó en desgracia en favor de lo neoclásico, produciéndose una especie de fobia por lo barroco promovido fundamentalmente por la corte borbónica.
Centrándonos en este maravilloso retablo, la escena principal recoge el momento del Descendimiento de Cristo, apareciendo en los laterales imágenes de santos. En el banco, que es la parte inferior del retablo, se representa la Entrada en Jerusalén y a los lados, San Pedro y San Pablo, obras mas recientes del escultor Vicente Hernández. En el ático aparecen dos ángeles junto a una escultura de la Verónica que sujeta un paño con el rostro de Cristo. Todo este conjunto se remata con una escultura de San Clemente, obra de Pedro Duque Cornejo, que es la única pieza que queda del antiguo antiguo retablo.
A
ambos lados del Altar Mayor, encontramos dos retablos realizados por
Pedro Duque Cornejo en el Siglo XVIII en los que llama la atención
el uso de mármoles de diferentes colores. En uno se representa a
Cristo Crucificado con María Magdalena, conjunto realizado en el
Siglo XVIII por Manuel Pereira.
Frente
a él, encontramos el retablo de la Inmaculada, también realizado
por Duque Cornejo. La Virgen aparece junto a los Arcángeles San
Gabriel, San Rafael y San Miguel en el cuerpo superior. En la parte
inferior aparece una alegoría del Triunfo sobre la Muerte,
representada en la imagen del Niño Jesús con una calavera a sus
pies.
Como
curiosidad, el púlpito, al igual que el retablo mayor, procedía del
convento de San Francisco. A
cada lado de la nave central, se distribuyen capillas, destacando
entre otras la capilla Sacramental así como la de San Antonio, San
José, la Virgen del Rosario o la del Cristo de La Corona, entre
otras.
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