El antiguo manto blanco de la Esperanza de la Trinidad

 En estos dias previos a la Semana Santa os traemos un articulo curioso, el único manto blanco bordado que procesionaba en Sevilla. Pertenecía a la virgen de la Esperanza de la Trinidad, conocida como "La Esperanza Blanca" porque su palio era bordado en blanco. Pero, ¿sabías que este manto estaba inspirado en los mantones de manila?, te lo contamos en El Arte de Sevilla:

En los primeros años del siglo XX, la ciudad vive una eclosión artística que, popularmente, se dio a conocer como «estilo sevillano» pero que, técnicamente, se vino a llamar Regionalismo.

    El Regionalismo, tuvo su desarrollo definitivo en la Exposición Hispanoamericana de 1929 y venía a recoger elementos de estilos historicistas para dar una nueva visión de los mismos. La arquitectura de época comenzaba a introducir en las fachadas de los edificios elementos florales, jarras, cestos con frutos o rocallas que, posteriormente, se plasmarían en bordados.

  Dentro de este movimiento, encontramos la figura de Braulio Ruíz Sánchez (1911-1967), artista bastante prolífico. Pintor de profesión y decorador, fue además colaborador gráfico en los años de fundación del periódico ABC de Sevilla y cartelista de las fiestas primaverales de la ciudad en los años 1945 y 1949.

 Este peculiar artista, formó parte de la conocida como Peña "Er 77", fundada en 1927 por don Luis Martínez Vice. Con un espiritu desenfadado y apolítico, continuado por otros grupos en los años de postguerra, esta peña publicaba una revista informativa en la que Braulio Ruíz, conocido dentro del grupo como "Caballete", dibujaba todos los años la ilustración de la cubierta de la misma, realizando una parodia del Cartel de las Fiestas de Primavera. Igualmente, realizaba los dibujos del interior de la publicación.

    Junto a Braulio Ruíz, formaron parte de este grupo, entre otros, los hermanos Álvarez Quintero, Hilario Gutiérrez Gil y figuras destacadas como Jacinto Benavente.
  

  El grupo tenia su lugar de reunión en un local situado en el barrio de Nervión, donde desarrollaron las más diversas actividades, desde lúdico-humorísticas hasta las más sociales y benéficas en pro del cercano Sanatorio de Jesús del Gran Poder.
   

 Pero los inicios del conocido como manto blanco se remontan a 1955, año en que la bordadora Dolores Olivera, de cuya obra conocemos en la actualidad, entre otras, el manto de la Virgen del Valle de la localidad sevillana de Écija o el manto de la Virgen de las Lágrimas de la Hermandad gaditana de La Columna, emite recibo por la ejecución de diez ramos bordados de oro entrefino y seda por el inicio de su ejecución en su taller en la calle Rodrigo de Escobedo número 9 de Sevilla. Estos trabajos tuvieron lugar entre 1955 y 1956 aunque no se llegaron a finalizar
   

 Es entonces cuando aparece la figura de Braulio Ruíz Sánchez, que realiza un proyecto para la conclusión del manto para la Virgen de la Esperanza, con un diseño muy original, siguiendo la estética de los mantones de manila. Este manto iba a ser realizado sobre tisú de plata, bordado en oro y sedas de colores. Tal fue el grado de satisfacción de la Hermandad con Braulio Ruiz Sánchez, que fue nombrado Hermano Honorario de la corporación por la realización de estos trabajos.

    Pero se trataba de años duros para la hermandad de la Santísima Trinidad, estas dificultades económicas quedan reflejadas en las solicitudes que la hermandad realiza a todos los ayuntamientos de España con motivo de recaudar el dinero necesario para la culminación del manto. A continuación, se transcribe de forma literal el contenido de estas misivas, algo que queda constatado en el archivo de la Hermandad y que da muestra del sacrificio realizado por los hermanos para ver cumplido el sueño de ver bordado este manto para la Virgen de la Esperanza:

"Excmo. Sr.:

    Esta Hermandad, fundada en la primera mitad del Siglo XVI, y por tanto una de las más antiguas de Sevilla, acordó, con la ayuda de Dios y el sacrificio de sus Hermanos y Bienechores, bordar el manto de nuestra Amantísima Titular, la Stma. Virgen de la Esperanza, habiendo empezado los primeros trabajos el día 1º de mayo del presente año.

    No aspiramos a tener un manto que iguale a los numerosos que existen en nuestra ciudad, todos magníficamente bordados y de gran valor artístico, pues nuestra hermandad es humilde, y como tal, no puede igualarse a las demás, cuya popularidad hace que cualquier obra que emprendan sea costeada inmediatamente por personas pudientes, incluso del extranjero, que rivalizan para que sus nombres figuren entre los donantes.

Actualmente el manto de nuestra Virgen, no puede seguir bordandose por falta de recursos, estando las obras en suspenso. No pedimos grandes cantidades, pero si una limosna, que por muy modesta que sea, será como un grano de arena para poder ver terminado el manto de la Virgen de nuestros amores.

    Por tanto, nos dirigimos a todos los Ayuntamientos de España, en la seguridad de que nos enviarán una pequeña limosna, siendo deseo de esta Hermandad, el que figuren (en miniaturas) todos los escudos de los Ayuntamientos, bordados en la guardilla de dicho manto, para lo cual puede remitir el de ese Ilustre Corporación Municipal, al ser posible en colores, juntamiente con algún donativo, al domicilio del Sr. Hermano Mayor, don Fernando Santos Mira, "...", quien le enviará el correspondiente resguardo debidamente firmado y sellado por esta Hermandad.

    En la seguridad de vernos atendidos en esta súplica, quedamos de V. E. altamente agradecidos, y sobre todo la Stma. Virgen de la Esperanza se lo pagará con creces."

    Del resultado de esta petición, quedan constatadas las aportaciones de los Ayuntamientos de Nerva, Cazalla, La Rinconada y Gilena.

    Igualmente se realizaron aportaciones por los hermanos y devotos, de los cuales la Hermandad emitía el correspondiente recibo. 

    Siguiendo este diseño, el manto continuó su ejecución en el taller de bordado de Mercedes Plasencia finalizando los trabajos en 1957. La pieza, se trataba de una de las más singulares de la Semana Santa sevillana, puesto que era el único manto procesional bordado sobre fondo blanco. Estaba rematado por una malla y disponía en el eje central de una gran Cruz Trinitaria enmarcada entre motivos florales realizadas en sedas de colores.

    Con el estreno el manto verde en el año 1974, el antiguo manto blanco quedó sin uso y es con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza cuando se decide su restauración.

    La Hermandad encarga los trabajos al taller de Fernández y Enríquez, que adapta las piezas del antiguo manto a uno de menor tamaño reutilizando las piezas y realizando una nueva composición. Llaman la atención las cintas de seda de colores y los motivos florales. En la cola del manto figuran una paloma representando al Espíritu Santo y una Corona, piezas procedentes, entre otras, del manto diseño de Ruíz Sánchez.