La semana pasada, en El Arte de Sevilla, nos
detuvimos en las singularidades que presenta la Virgen de los Reyes,
una talla excepcional de estilo gótico cuyo origen está repleto de
leyendas y una de ellas es esta, en la que nos detenemos en vísperas
de la festividad de la Virgen de los Reyes, Patrona de la ciudad y de
su Archidiócesis.
Si bien, la teoría más factible es que se tratara
de un obsequio realizado a Fernando III el Santo por su primo San
Luis (Luis IX de Francia), cuenta la leyenda que en la víspera de la
conquista de Sevilla por el Rey Santo, pernoctando en la zona de
Tablada, este tuvo un sueño donde se le apareció la virgen con el
niño en brazos en el que le aseguraba que conquistaría la ciudad de
Sevilla.
Este sueño impactó tanto al Rey que no pudo
esperar al día siguiente para contárselo a Don Remondo, obispo que
le acompañaba como capellán. La conquista de la ciudad se llevó a
cabo y el Rey que mantenía esta visión repetida en sueños, le
encargó a algunos de los mejores escultores de la época la
realización de esta imagen sin que ninguno supiera plasmar realmente
la visión del Santo.
Pero cuenta la leyenda que un día aparecieron tres
jóvenes en el Alcázar que acudían peregrinando desde Alemania a
Sevilla para aprender del arte de nuestra ciudad.
El Rey los acogió en el Alcázar y a cambio de su
hospitalidad los jóvenes como obsequio le regalaron la talla de una
imagen de la Virgen.
Para ello, estos se encerraron en una de las
dependencias del Real Alcázar, pero sorprendentemente, los criados
del Rey observaron que ninguno de los tres tallaban la imagen, sino
que permanecían encerrados en la habitación orando y cantando.
Cuando esto llegó a oídos del Rey, este fue de
inmediato a ver que estaban habiendo estos jóvenes en sus
dependencias, quedando sorprendido al encontrar la talla de la Virgen
de los Reyes, fiel reflejo a la imagen que tuvo en el sueño previo a
la conquista de la ciudad.
Sin embargo, los jóvenes peregrinos desaparecieron
sorpresivamente sin dejar rastro y sin que nadie de palacio los
vieran salir. El Rey descubrió que no se trataban de simples
aprendices de escultores, sino que eran tres ángeles llegados del
cielo para dejar en Sevilla a la Virgen de los Reyes.
Sevilla, ciudad de leyenda.
Comentarios
Publicar un comentario