El nombre de nuestra ciudad, es el resultado de la evolución que a tenido a lo largo de los siglos y a todas las culturas que han pasado por ella.
¿Sabías que el origen de Sevilla está en la palabra “Spal”? Spal, es un término de origen fenicio, usado para hacer referencia a su principal divinidad, el dios Baal.
Pero con la llegada del Imperio Romano, el nombre fenicio fue latinizado, por lo que de Spal, pasó a denominarse Hispalis y finalmente, en la época andalusí, tomó el nombre de Ishbiliya, dando lugar con el transcurso de los años al actual nombre de Sevilla.
¿Pero que significado tiene realmente el nombre de Sevilla? Hay muchas teorías y no hay unanimidad al respecto, pero en todo caso parece estar relacionada con el enclave natural en el que se sitúa nuestra ciudad.
Por un lado, algunos historiadores sostienen que el nombre pudiera tener relación con Hispalo, hijo de Hércules, fundador de la ciudad. Por otro, parece ser que Spal o Ispal, significaba en fenicio «la isla de S'bal», que vendría a ser algo así como "la isla del que soporta o del pilar", aludiendo a que era un terreno rodeado por las aguas del río.
Sin embargo, San Isidoro de Sevilla, en sus Etimologías, tradujo «his palis» como «estos palos», haciendo referencia a que debido al terreno pantanoso donde se asienta la ciudad, las primeras construcciones pudieran haberse levantado apoyadas en pilares o estacas sobre el agua o el barro.
Lo que no hay lugar a dudas es que el transcurso de los más de tres mil años de historia de nuestra ciudad, han dado lugar a uno de los más bellos nombres que se pueden pronunciar, que no es otro que Sevilla.
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