¿Conoces al escultor Juan de Astorga? Hoy El Arte de Sevilla te trae al maestro del movimiento romantico en nuestra ciudad.
La
obra de Juan de Astorga, escultor, diseñador y retablista, supone
uno de los mejores ejemplos del estilo romántico en la imaginería
religiosa. Sus tallas se caracterizan por una belleza juvenil y
rasgos delicados, uniendo el dolor y la dulzura.
Nacido
en la malagueña localidad de Archidona el 22 de agosto de 1777,
comienza sus estudios en 1793 en Sevilla como imaginero y escultor en
la Real Escuela de las Tres Nobles Artes, siendo profesor en ella en
1810 y director de la misma en 1825 hasta su muerte. Realizó la
especialidad de Arquitectura, lo que le permitió diseñar y labrar
retablos, andas procesionales y demás montajes.
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Virgen del Buen Fin |
Fue
gestor del Museo de Bellas Artes de Sevilla y en el aspecto
devocional, miembro de la junta de gobierno de la Hermandad del Santo
Entierro y hermano mayor de la Sacramental de San Pedro.
Juan
de Astorga realizó una gran producción de obras en la que destaca
su impronta marcada por su formación neoclásica y académica,
mezclada con los nuevos ideales del movimiento romántico del siglo
XIX. Podemos decir que la gubia de Astorga sirve de puente entre la
frialdad neoclásica y la sensualidad romántica, algo que se aprecia
en sus dolorosas, que quedan impregnadas de un marcado carácter
sereno y bello. La dulcura en el dolor.
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Virgen de la Angustia |
Todo
esto coincide con un momento clave desde el punto de vista histórico.
En 1810 se produce la invasión francesa, que provoca la desaparición
de numerosas imágenes y por tanto una gran demanda de nuevas tallas
para sustituir a las destruidas, al igual que pasaría con Castillo
Lastrucci, años más adelante, tras la guerra civil española.
Juan
de Astorga muere de perlesía el 10 de septiembre de 1849 en Sevilla,
siendo enterrado en el primitivo cementerio municipal, junto a la
iglesia de San Sebastián.
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Cementerio de San Sebastian. Richard Ford 1832 |
Dentro
de la amplia producción destacan varias obras. La primera dolorosa
que talla para Sevilla es la del Buen Fin de la Hermandad de la
Lanzada, realizada en el año 1810. Siete años mas tarde realiza la
Virgen de la Angustia de la Hermandad de los Estudiantes y en 1820 la
Virgen de la Presentación de la Hemandad de El Calvario. También
realizó imagenes secundarias como las pertenecientes al conjunto del
paso del Duelo en el Santo Entierro o las Marías del paso de
misterio de la Hermandad de la Lanzada así como crucificados como el
Cristo de la Providencia, gubiado en el año 1818 para la capilla de
la Escuela de Cristo y diversos retablos como los de las Ánimas
Benditas de la Iglesia de San Pedro y otros desaparecidos como el del
Convento de las Mercedarias de San José o el de la antigua Parroquia
de San Miguel.
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Cristo de la Providencia de la Escuela de Cristo. |
Pero
sin dudas, la imagen más destacada de la obra de Juan de Astorga es
la de la Virgen de la Esperanza de la Trinidad, realizada en el año 1820 y de la que la
Hermandad conserva en su archivo el recibo expedido por el artista
por la realización de su talla, cobrando por ello 400 reales de
vellón.
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Ntra. Sra. de la Esperanza de la Trinidad. |
La
Virgen de la Esperanza, que se concibió como una imagen de candelero
para vestir de 1´58 metros, inclina su cabeza con grácil levedad
hacia su derecha, entornando la mirada. Su rostro muestra cinco
lágrimas, dos en la mejilla derecha y tres en la izquierda, los
labios aparecen entreabiertos, proyectándose su lengua hacia el
exterior, cuya talla es visible entre las hileras de dientes. En el
centro de la barbilla muestra un hoyuelo. El profesor Roda Peña
sostiene que es la dolorosa más carismática de Juan de Astorga,
habiendo ejercido un poderoso influjo sobre algunos imagineros
contemporáneos hasta llegar a convertirse en un modelo repetidamente
evocado o incluso imitado.
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Ntra. Sra. de la Esperanza de la Trinidad. |
Objeto
de varias restauraciones, una de las primeras intervenciones de las
que se tiene constancia es la efectuada en 1907 por Ángel Rodríguez
Magaña, realizándose otra cuarenta años después por Sebastián
Santos Rojas. En el año 2000 le incorpora un nuevo candelero Luis
Álvarez Duarte, siendo intervenida por última vez en el año 2012
por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).
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