A
principios del siglo XI, el imperio almohade reinaba en Sevilla. Fue
una época de esplendor cultural y social para la ciudad y símbolo
de este dominio musulmán fue la construcción de una gran mezquita,
lugar de oración para los musulmanes, en el mismo emplazamiento
donde hoy encontramos la catedral.
Fue
el califa Abu Yaqub Yusuf quien ordenó su construcción, cuyas obras
se iniciaron en el mes de marzo de 1172 y no concluyendo hasta abril
de 1198, artesanos y obreros de todas las clases sociales colaboraron
en la edificación del recinto, que se inauguró, a pesar de no estar
concluido, en 1182.
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Recreación virtual de la Mezquita de Sevilla |
Esta
mezquita tenia una torre, llamada alminar, y que hoy conocemos como
la Giralda. Fue diseñada por un arquitecto árabe, llamado Ahmed Ibn
Baso, en 1184, pero no fue terminada hasta unos cuantos años
después, por otro arquitecto, Alí de Gomara en el año 1198.
Ben
Baso, diseño igualmente la mezquita, siguiendo para ello el modelo
que el mismo había utilizado en la construcción de los palacios de
la Buhayra. La mezquita tenía una superficie de más de 15.000
metros cuadrados y una planta de forma rectangular de 113 por 135
metros, en las que se situaban nada más y nada menos que diecisiete
naves ornamentadas con arcos de herradura y siendo su acceso
principal la actual Puerta del Perdón y el Patio de los Naranjos.
En
cuanto a la Giralda, tardaron unos catorce años en construirla. Más
tarde, ya en época Cristiana, el Cabildo de la Catedral de Sevilla
acordó remodelar el remate de la torre y se lo encargó al genial
arquitecto Hernán Ruíz, quien construyó un campanario con dos
templetes, dando lugar a la fisonomía actual de la Giralda.
En
próximos artículos hablaremos del Giraldillo del que seguro te
sorprenderás conociendo alguna de sus innumerables historias.
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