Hoy en El Arte de Sevilla nos detendremos en algo que seguramente no sepas. ¿Hay algo más identificativo de Sevilla que la Giralda? ¿Crees conocerla bien? Pues hoy te proponemos que cuando pasees por la calle Alemanes bajo la inmensurable belleza de nuestra Torre, te fijes en un detalle muy especial.
Se trata de dos formas arqueadas que se encuentran a la altura del primer balcón de la Giralda, y es que a lo mejor no conoces que estos albergaban pinturas al fresco.
La pintura al fresco es una técnica usada para pintar sobre paredes y techos en la que se emplean colores disueltos en agua de cal que son extendidos sobre una capa de estuco fresco especialmente preparado, y si, aunque hoy en día parezcan solamente desconchones, ahí se encontraban unos maravillosos frescos realizados por el genial pintor Luis de Vargas en 1565.
Luis de Vargas fue un pintor nacido en Sevilla en 1506 que desarrolló la escuela sevillana de pintura renacentista. Su obra se encuentra próxima a la de Perino de Vaga y a las tendencias rafaelistas y cuenta con numerosas obras de calidad fundamentalmente en la Catedral de Sevilla.
En
ellos se representaban a las Santas Patronas de Sevilla, Santa Justa
y Rufina, a Santos de la ciudad, como San Leando y San Isidoro, así
como el martirio de San Hermenegildo, los Doctores de la Iglesia y a
los Apóstoles. Además estas pinturas ascendían por los balcones y
se extendían por su interior.
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Fotografía extraida de elpasadodesevilla.blogspot.com |
Sin
duda se trataba de algo maravilloso que daría una visión muy
distinta a la Giralda que conocemos hoy en día. Sin embargo al estar
en un lugar a la intemperie unido sobre todo a la dejadez y falta de
conservación, hizo que se perdiera esta joya pictórica, quedando en
la actualidad solamente los restos de la base de estuco.
Desde
El Arte de Sevilla te proponemos un juego, ¿sabes que si te detienes
ante ellos y frunces los ojos, puedes ver la silueta de las imágenes
que albergaban estas pinturas?. ¡Haz la prueba!.
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